CAPITULO 4
Los pilares de Europa
4.1
Justicia, Orden y Libertades
Europa
es un estado de derecho donde están protegidos tanto los derechos
individuales como los colectivos. Progresista en cuanto a la visión
de la justicia y garantista en el proceso judicial.
En
Europa no hay pena de muerte ya que los europeos consideramos que el
estado no tiene el derecho de decidir entre la vida y la muerte de
los ciudadanos. El grado de recursos y garantías que la ley y la
justicia aplica es de los más altos del mundo. Las libertades
ciudadanas tanto sociales como individuales son amplísimas y cada
vez intentamos ampliarlas.
Ahora
bien por ello precisamente una vez demostrada la culpabilidad del
individuo este debe ser castigado de la manera más rigurosa
especialmente en casos de reincidencia.
No
debe en ese momento temblar la mano de la sociedad a la hora de
aplicar las penas y pensar que su función no es solo la de
reintegrar al delincuente a la sociedad sino resarcir a las victimas
y a la sociedad en su conjunto del daño causado.
Es
requiere varios elementos que a veces no se dan. A saber por un lado
una mayor integración y colaboración de las policías de los
distintos países y de igual modo una integración y colaboración
de los poderes judiciales de toda Europa.
La
aplicación de la justicia debe de tener como objetivos fundamentales
por un lado la rapidez en la aplicación, ya que una justicia a
destiempo es una injusticia, y por otro un equilibrio entre
reinmersión y resarcimiento. Es decir la aplicación de las penas
debe de buscar una reeducacion, recapacitación y recuperación a la
vez que la obtención de un pago social por el daño causado.
El
trabajo de los penados no solo debe de buscar una si no que debe de
realizar una labor hacia la sociedad que pueda verse resarcido del
mal causado. Mantener a individuos sanos y capaces a expensas del
estado sin que estos colaboren en resarcirnos de un mal del que ellos
son los causantes es de nuevo un doble crimen contra la sociedad.
Por
otro lado es necesaria una política europea para la prevención del
crimen y la corrupción creando grupos intergubernamentales que
puedan atajar esta lacra a veces muy difícil de realizar desde la
proximidad geográfica.
Mejorar
los mecanismos de la policía para aproximarla al ciudadano premiando
la policía de proximidad y la interacción de la sociedad con su
policía debe de ser una política prioritaria en Europa, ya que de
un lado mejora la seguridad ciudadana pero del otro mejora la
percepción que el ciudadano tiene de la misma
La
policía no puede ser exclusivamente un elemento extorsionador y
recaudador del estado si no al contrario es la línea de vanguardia
de defensa de las libertades públicas y derechos ciudadanos.
Tampoco
su labor es la persecución del ciudadano que no cumple la ley sino
la protección de aquel que la cumple .Aunque parezca lo mismo desde
un punto de vista deontológica no lo es.
En
cuanto al poder judicial no hay que olvidar que es un poder mas que
emana del pueblo y debe de buscarse con ahinco una cada vez mayor
interrelacion entre el proceso democratico y el sistema judicial.
El
sistema judicial y la justicia en si no puede estar al margen de la
ciudanania como un ente extraño a la misma. Muy al contrario es
necesario profundizar en la forma en el que el ciudano participa en
la eleccion del propio poder judicial.
Los
jueces no pueden ser elementos extraños al acontecer cultural y
social de las sociedades que nos toca vivir.
Por
otro lado la informatizacion y tecnificación a nivel europeo de una
manera centralizada y coordinada de toda la estructura de justicia y
orden público debe de ser otra de las puntas de lanza de una Europa
unida.
4.2
Sanidad y Salud Pública.
La
Protección sanitaria europea gratuita y universal es ejemplo en el
mundo y es que la salud de los ciudadanos nunca puede estar sometida
a su nivel de renta. Todos los ciudadanos aportan a la sociedad en
momentos de salud y juventud lo mejor de si mismos de igual manera la
sociedad debe de corresponder en momentos de vejez o enfermedad con
sus conciudadanos.
Hay
dos puntos negros en el sistema por un lado el excesivo uso de
medicamentes y por lo tanto el elevado gasto farmacéutico y el
absentismo laboral encubierto en bajas de enfermedad poco rigurosas.
En
cuanto al primero es necesario por un lado el primar el uso de
medicinas alternativas y formas de curar que se salgan de la
ortodoxia farmacológica y por otro lado un mayor uso de los apoyos
psicológicos en la atención del paciente. Detrás de muchas de las
medicaciones aplicadas, sobre todo en la tercera edad, se podrían
solucionar con una dieta adecuado un ejercicio físico reglado y
estructurado y un apoyo psicológico por parte de especialistas.
Por
otro lado es necesario que en muchos casos responsabilizar al
ciudadano con los gastos sanitarios en la medida del nivel de renta
de los mismos. El practicar una gratuidad total y universal lleva
muchas veces a una sobreexplotación del recurso sin que el usuario a
veces sea consciente de la carga reeconómica que el mismo resulta.
4.3
La educación el eje principal de Europa.
La
educación en Europa debe de ser el eje de toda la política. Educar
es crear futuro. No se trata solo de formar productores sino de hacer
crecer ciudadanos en el sentido mas profundo. Dotarles del espíritu
del saber y forjarles las herramientas de las que dependerá su
futuro y por ende el del resto de los ciudadanos.
Para
ello no basta dotar las escuelas, institutos y universidades con el
material mas avanzado, hay que forjar una nueva generación de
enseñantes, de educadores, de pedagogos, capaces de liderar ese gran
movimiento.
Muchas
veces de una forma frívola se achaca el fracaso educativo existente
en muchos países de Europa a una dejación de la familia y de la
sociedad en la labor educativa, sin embargo, sin quitar peso a esta
aseveración, no hay que olvidar que los profesionales que se
encargan de esta labor son fundamentalmente los enseñantes. Un
maestro, un formador, un educador en definitiva no puede acceder a la
carrera educativa con una mentalidad de burócrata, un espíritu
funcionarial, y una laxitud profesional. Debemos de exigir a nuestros
maestros unos meritos profesionales que no exigiríamos a muchas
otras profesiones. La educación en un país debe de estar en lo más
alto de la estima social, incluso por encima de la sanidad. Un error
medico es una vida truncada, a veces un error educativo es un
ciudadano tarado a lo largo de toda su vida.
La
Autoridad moral de un maestro debe ser ganada en el difícil campo de
la gloria que son las aulas y sin esta autoridad moral es imposible
construir cualquier tipo de autoridad valida desde un punto de vista
formativo. Los docentes no tienen solo la responsabilidad de impartir
las materias que su formación acredita sino que deben estimular el
despertar de las inteligencias y la formación integral de las
personas que el resto de la sociedad depositamos bajo su tutela.
Hay
que hacer un requerimiento a aquellos que forman a nuestra juventud
para que se enfrenten a esta tarea con una autoexigencia ética y
profesional. Un enseñante nunca puede dar la batalla por perdida o
escudarse en la ineficacia del sistema para tapar su propia
ineficacia. Es un deber moral de primer orden el dotar a un ser
humano en formación de todo el bagaje que la cultura, el saber, la
pedagogía y la sicología pueda darnos.
Bien
es verdad que muchas veces la obtención de una plaza en un liceo o
una escuela se ve como el final del camino de un docente cuando en
realidad debería ser el primer paso de una larga carrera hacia el
logro formativo. La capacitación y reciclaje del personal docente
debe de ser permanente y siempre en la vanguardia tanto de las
ciencias como de la pedagogía. La libertad de cátedra solo debe de
estar sometida al triunfo formativo de los educandos. Por lo tanto el
tutelaje evaluación y control del personal de los centros educativos
debe de ser continuo y permanente.
En
el caso de la educación de menores la vocación es una exigencia más
del cargo. En caso de no poder alcanzar las metas y objetivos de tan
dignísima tarea uno debe de autoexcluirse o en caso contrario ser
apartado. No estamos hablando de materiales fácilmente moldeables ni
procesos productivos más o menos intrincados, si no de formar
espíritus libres y abrirles las puertas al maravilloso mundo del
saber.
Cuando
un maestro, un educador, nos habla del fracaso escolar en realidad
esta hablando de su propio fracaso.
Esa
cruzada educativa debe de ser cada vez más coordinada dirigida y
evaluada desde instancias europeas porque este es el yunque sobre el
que se construirá Europa. El llegar a definir unos objetivos de
educación laica integral y obligatoria es las fuentes de las que
nacerá Europa. Sin estas directrices es imposible encariñar un
proceso globalizador.
No
solo esta unificación se debe de dar desde un plano legislativo sino
que cada vez tiene que profundizarse mas en unas herramientas de
gestión y control unificadas que homologue de una vez por todas las
distintas educaciones nacionales en un único proceso de educación
paneuropea.
Por
otra parte el intercambio de educadores y educandos debe de
agilizarse y darse un verdadero marco educativo europeo en el que no
solo los intercambios universitarios se produzcan si no a todos los
niveles del proceso educativo. Seminarios y cursos paneuropeos para
enseñantes y jóvenes bachilleres; un proyecto de colonias de
vacaciones europeas que permita el conocimiento in situ de la
realidad europea por los jóvenes y los niños, y en definitiva
todos aquellos proyectos que permitan un movimiento entre los
distintos países de la unión de nuestros jóvenes escolares que
pueda ser un autentico crisol de europeismo en vivo.
Las
escuelas y liceos deben de ser los templos de la moral pública
europea que, sin chocar con las creencias mas intimas de cada
familia, forme ciudadanos para la convivencia en una gran nación
democrática como Europa pretende ser.
4.3
La política exterior de Europa.
Es
imposible crear una nación sin una política exterior única y
coordinada. Mientras de cara al Mundo Europa no cuente con una
dirección única en política exterior es imposible tener un peso
determinante.
De
igual manera no se puede mantener una política exterior sin una
fuerza que avale tal postura.
La
experiencia europea en los últimos conflictos europeos nos ha
demostrado que la incapacidad para cualquiera de las dos opciones
.Los ejemplos en la división con la que los distintos gobiernos
europeos se han enfrentado a los últimos conflictos internacionales,
algunos en el propio corazón de Europa, no hacen si no poner en
evidencia estas carencias.
Por
un lado cada vez se ve más necesario la creación de una estructura
de embajadas europeas que se solape con las distintas embajadas de
los países miembros para en un futuro sustituir a estas últimas.
Un
verdadero cuerpo diplomático europeo que dote de corporeidad e
información a un verdadera oficina europea de asuntos exteriores. Y
de la que surja la necesaria información para la puesta en practica
de relaciones internacionales de tu a tu con el resto de los
gobiernos del mundo.
Por
otro lado la génesis de un ejército europeo unificado capaz de
presentarse como la fuerza necesaria para aplicar políticas de
pacificación e interposición. No solo creando una cúpula
centralizada o un cuartel general europeo si no el dotando a las
fuerzas armadas europeas de una entidad unificada de la que ahora
carecen. Crear academias militares europeas de cuadros donde se
formen un germen de camaradería entre los miembros de los distintos
países.
Por
otro una representación grafica en uniformes, condecoraciones y
elementos distintivos que vayan visualizando la realidad de un
ejercito europeo. Es necesaria la creación de distinciones y
condecoraciones europeas tanto para tiempos de paz como para acciones
bélicas.
Seria
maravilloso un mundo desarmado pero hoy por hoy es imposible tal
hecho. Así pues el dotar a Europa de un ejército fuerte capaz de
defender nuestras fronteras y nuestros intereses no solo debe de ser
un anhelo sino una realidad a un corto muy corto plazo. Mantener
pequeñas fuerzas nacionales a parte de ser ineficaz desde un punto
de vista militar es gravoso económicamente para los resultados
obtenidos.
Es
necesario crear unas fuerzas armadas del futuro basadas en un
armamento altamente tecnificado y en un personal militar
profesionalmente bien formado para las labores que le son menester.
Los
cuerpos de elite con dotación tecnológica e intervención
fulgurante son el futuro de la defensa.
Por
otra parte mantener ejércitos clásicos de ocupación no tiene
ningún sentido dado la política pacifista que es la premisa de la
política exterior europea.
El
grado de cooperación e interdependencia en la fabricación
armamentística es tal que es absurdo mantener varios presupuestos
nacionales, es necesario realizar un esfuerzo conjunto para dotar a
nuestros países en su conjunto del marco de seguridad necesario. No
podemos seguir dejando el grueso de nuestra defensa en manos de
nuestros aliados.
Por
otro lado el mantenimiento de fuerzas armadas extrañas a la unión
dentro de nuestras fronteras debe ser un proceso a desaparecer. De
igual manera que no hay bases europeas en otros países aliados,
Europa a medio plazo no puede tener fuerzas armadas extranjeras en su
territorio.
También
hay que tener en cuenta que aquellos convenios y acuerdos que pongan
en riesgo la defensa de la unión deben de ser ratificados por el
parlamento europeo. Ningún país de la unión puede tener la
potestad de involucrar al conjunto en un conflicto armado sin la
aprobación del resto de los europeos.
Mientras
no se cumplan estas premisas es imposible el nacimiento de una
verdadera unión europea que tenga presencia como tal dentro del
marco internacional.
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